Che Carlotto:
Te vi en la repetición del programa adonde estuvistes ayer en TN, con Morales Solá. Tus opiniones me parecen de una gran hipocresía desbordada por el odio y el resentimiento. Soy Oficial del Ejército Argentino, en situación de retiro, y quería hacerte unas preguntitas:
1. ¿Algún conocido tuyo militaba en las "organizaciones revolucionarias" como eufemísticamente llamaste a las autodenominadas OPM? Si fue así, ¿pertenecía al ERP o a los montotitos? ¿O a alguna otra del estilo?
2. ¿Vos reconocés como reconocen algunos, por citar UN ejemplo de los tantos que hay, que estos muchachos idealistas de las OPM eran marxistas que consideraban a la "lucha armada" el camino válido para "la toma del poder y la transformación". (La Voluntad, Tomo III, pág. 489, testimonio de Manuel Justo Gaggero ó pág. 493, testimonio de Susana Sanz). ¿Reconocés que actuaron con idénticos objetivos durante el gobierno del Teniente General Juan Domingo Perón, primero y de Isabel Martinez de Perón después?
3. ¿Vos sos peronista?
4. ¿Propondrías para trabajar en alguna dependencia de Derechos Humanos a, por ejemplo, Ana Lucioni, hija del Tte. 1ro Oscar Lucioni, asesinado (cuando ella tenía un año de vida) POR LA ESPALDA y sólo porque vestía el uniforme del Ejército?
5. Vos fuistes funcionario de los Derechos Humanos en la provincia de Buenos Aires. En todo el tiempo que estuvistes ¿hicistes algo por los Derechos Humanos de la enorme cantidad de bonaerenses que fueron asesinados por los terroristas criminales del ERP o los montotitos? (no te escandalices: así los llamaba Perón).
6. No te digo en cámara porque a lo mejor te daba cosita pero, en el corte, ¿le dijistes al periodista del Grupo Monopólico Clarín (oficialista) que como sos un gran repudiador repudiabas los negocios de Clarín con la "dictaduragenocidabla,bla,bla..."?
No creo que me contestes Carlotto. Pero, podés sorprenderme.
Atte.
José D'Angelo
Tte 1ro (RE)
DNI 12. 258.460
Promoción 111
Infantería Argentina
Tte 1ro (RE)
DNI 12. 258.460
Promoción 111
Infantería Argentina
" Carta a la Sra. Estela de Carlotto"
Publicamos una carta circulante en muchos medios, es de una cruda honestidad, duele... porque quizás se acerca demasiado a la verdad:
Publicamos una carta circulante en muchos medios, es de una cruda honestidad, duele... porque quizás se acerca demasiado a la verdad:
Publicado en el folleto "ZOCO DE LA VERDAD"
N° 1 Buenos Aires, 8 de febrero de 1999
Sra. Estela de Carlotto
Señora:
He visto y escuchado la entrevista que le hizo por un canal de TV el senador nacional Pacho O'Donell. Este funcionario es un distinguido intelectual, autor de un libro famoso, "La seducción de la hija del portero". Creo, señora, que si entrevistada y entrevistador no incurrieron en apología del delito fue porque pegaron en el poste.
En el curso de sus fluidas declaraciones deslizó usted que algunos de los miembros de la Triple A se quedaron con "chicos robados". El dato ha de resultar importante para el juez Bagnasco, quien, al cabo de las reflexiones a que se entregó en Tahití en dulce compañía, resolvió estudiar la metodología empleada para resolver el problema planteado por los hijos de las guerrilleras muertas en combate. Tal vez el juez Bagnasco comience a investigar el período previo al régimen militar, es decir, el del gobierno de Isabel Perón.
Pero lo que usted dejó bien en claro y con términos explícitos es que su hija muerta por las fuerzas de la República militaba en el aparato informativo del Ejército Montonero. Era, por lo tanto, miembro de una asociación ilícita, autora de asesinatos y atentados con explosivos. Directa o indirectamente, su hija era, pues, culpable de que muchas personas perdieran a sus hijos como usted la perdió a ella. La niña - según usted explicó - quería cambiar el orden establecido para que ya no hubiera necesitados. De la nobleza de sus intenciones juzgará el Señor, pero era una combatiente que había elegido la metodología de la violencia. Sus padres olvidaron recordarle que quien a hierro mata, a hierro muere.
Usted y su anfitrión pusieron mucho esmero en resaltar las características brutales de la que llaman represión ilegal. Ponerse a discutir si ustedes los montoneros fueron más o menos crueles que las fuerzas de la República es tan vano como debatir si los unitarios fueron más sanguinarios que los federales. o los republicanos españoles de Negrín y de Largo Caballero, peores que los nacionales de Franco y de Molas.
Lo que recuerdo siempre es que un hombre manso y bueno como el general Lonardi ordenó a sus tropas proceder con brutalidad. La guerra tiene su propia dinámica y su propia ética. La dinámica y la ética de la guerra planteada por las formaciones especiales fueron impuestas por esas mismas formaciones cuando asesinaron a Aramburu, mataron al matrimonio Gay delante de sus hijos y fusilaron al periodista Kraiselburd y al coronel Ibarzábal, a quien tenían preso en un armario. Su hija, directa o indirectamente, fue culpable de esas aberraciones. Aunque usted no quiera admitirlo, es así.
Yo fui destinatario de su mensaje de usted. Yo presté a usted mis orejas y mis ojos gastados por la ancianidad para tratar de comprender sus razones. Merezco, me parece, una explicación sobre la paternidad de la criatura, a quien usted busca con admirable coraje, para hacerle saber que es hijo de una señora miembro de una asociación ilícita que asesinaba fríamente a no combatientes, como el gerente de Molinos y sus custodios.
Usted era una anónima docente de clase media baja, tímida y retraída. Eso es lo que creí entenderle. De pronto, muerta su hija, se convierte en una mujer dinámica y valiente, que viaja por el mundo con fondos sobre cuya licitud nadie se atrevería jamás a dudar; es famosa, algún día una calle llevará su nombre, y es probable que los legisladores del Frepaso le declaren ciudadana ilustre. Otros argentinos que han perdido a sus hijos y a sus padres, asesinados vilmente por ustedes los miembros de las formaciones especiales, sobrellevan su dolor en la resignación y el silencio.
La cosa me agarró de viejo y no creo que pueda ver el día en que la justicia se convierta en juicio y se inviertan los papeles. Sus nietos de ustedes sí lo verán.
Y ya que me decido a escribirle, me atrevo a formularle una pregunta para la que en mi ignorancia no encuentro respuesta. ¿En qué ley se dice que los niños huérfanos deben ser entregados a sus abuelas, aun cuando estuviera probado que las dichas abuelas pueden incurrir en actos tan aberrantes como desentenderse del embarazo de sus hijas?
Si esa ley existe, no la mencionó usted en su alegato ni el doctor O'Donell - que algo dejó entrever acerca de que en esta historia hay más madres que padres - tampoco se lo preguntó.
La saluda
E. Minervo Roldán .