Intento de Ataque al Regimiento de Infantería Aerotransportado 17 Provincia de Catamarca.
Sin embargo, el saldo de muertos, heridos y mutilados entre las fuerzas del orden que fueron atacadas por los terroristas, excede en gravedad a muchos otros de los hechos ocurridos.
En esta situación el caso de los rehenes tomados supera lo concebible por lo irracional del trato que se les aplicó. Tanto al Capitán Rodolfo A. García - que pudo conservar su vida pese a las heridas y flagelos sufridos - como en mayor grado el extinto Tcnl. Argentino del Valle Larrabure, que fue secuestrado, torturado y asesinado después de un largo cautiverio, todo lo cual ha puesto en evidencia, una vez más, las modalidades operativas de la delincuencia terrorista.
Ambas unidades fueron escenarios de los ataques terroristas perpetrados por el Ejército Revolucionario del Pueblo - E.R.P., declarado ilegal por el Gobierno Constitucional, habiendo producido un saldo de muertos, heridos , secuestros y personal detenido.
ANTECEDENTES.
En el primero de los hechos , los extremistas atacaron y penetraron en la Fabrica Militar ubicada a cinco Km. De Villa María y se apoderaron de armas municiones, uniformes y explosivos. También secuestraron a dos jefes de la Dirección de Fabricaciones Militares, uno de los cuales fue luego abandonado al días siguiente en la ciudad de Córdoba gravemente herido. También murieron varios policías, al igual que murieron y recibieron heridas varios extremistas.
En Catamarca la operación revolucionaria fue abortada por una rápida y eficaz acción policial que pudo detectar la presencia de los guerrilleros en proximidades del cuartel. En esta circunstancia la policía enfrento a los extremistas en La Banda de Varela, zona que a través de la Quebrada de Moreíra, conduce directamente a la parte posterior del cuartel. Del enfrentamiento resultaron heridos y muertos por parte de la policía, retirándose los extremistas sin poder llevar adelante el asalto a la unidad militar.
ATAQUE A LA FABRICA MILITAR.
Las acciones que conmovieron a Villa María y posteriormente al país, se iniciaron aproximadamente a las 21.30 Hs. del día 10 de agosto. A esa hora un grupo del ERP se apoderó del Hotel Alojamiento “Pasatiempo”, ubicado a un Km. De la Fábrica Militar, en las afueras de Villa María.
Actuando coordinadamente con otras parejas sediciosas que habían concurrido al hotel, simulando ser clientes, redujeron al personal de servicio y concentraron a todos los pasajeros desnudos en una habitación, disponiendo de las llaves de varios vehículos y oscureciendo el sector.
De ese modo el hotel quedo convertido en el cuartel general del operativo, que al parecer, fue dirigido por tres sujetos que ubicados en diferentes sectores controlaban todos los movimientos internos manejándose con equipos de radio transmisores portátiles.
Una vez copado el hotel, fueron llegando otros grupos más organizados de terroristas, cuyos integrantes ostentaban uniformes militares, exhibiendo abundantes armas de guerra. Mientras en ese lugar se ultimaban los detalles finales de la operación guerrillera, se encontraron sorpresivamente con un vuelco inesperado de la situación, provocada por la llegada de una pareja, que observando un movimiento que les pareció irregular, retrocedieron con su vehículo, dándose a la fuga, a pesar de ser atacados con armas de fuego por los sediciosos.
Ante esa circunstancia la policía fue alertada disponiendo de inmediato un operativo para conocer cual era la situación en el lugar. Este acontecimiento fortuito, trajo como consecuencia que parte del grupo subversivo quedara aferrado y enfrentado con grupos policiales, obligando al resto de la organización a acelerar la acción para atacar la fábrica En estos incidentes producidos la policía no alcanzó a detectar las verdaderas intenciones de los “delincuentes” no advirtiendo la magnitud de la organización subversiva ni la acción de la operación principal sobre la unidad militar, produciéndose varias bajas entre el personal y una gran inquietud en la población civil por la gran cantidad de disparos producidos.
El Ataque al Cuartel.
La acción del ataque se vio favorecida a pesar de los acontecimientos previos en razón a que dos/tres soldados de la unidad integraban la organización revolucionaria,. Uno de ellos de apellido Tagassich era pariente de uno de los guerrilleros actuante y que ya había actuado en otros operativos de importancia,. Otro soldado de apellido Petiggiani, también de la unidad, participó en la entrega y su nombre fue dado a conocer en la revista el “Combatiente” del 14 de agosto del 74, por su buena actuación en el operativo.
La guardia de entrada a la unidad fue reducida rápidamente y los subversivos entraron sin mayores problemas al interior de la unidad. Debe destacarse que en el Casino de Oficiales se estaba llevando a cabo una reunión social, en la cual participaba el 2do. Jefe, varios oficiales y sus respectivas familias.
Actuando con un perfecto conocimiento de los lugares y las distancias, los extremistas en número aproximado a sesenta se separaron en grupos para cumplimentar sus respectivos planes. Algunos, responsables de asesinar y/o secuestrar a los jefes, otros al polvorín y otros grupos a los depósitos de arsenales.
El personal de la fábrica estaba al mando de dos tenientes Coroneles, un director y el otro subdirector, un mayor y un capitán. Había varios ingenieros civiles y un efectivo entre 60 / 70 soldados. De estos últimos, por ser un día sábado, habían salido franco alrededor del 70 % de los efectivos.
Al comprobar que el Director de la fábrica, Tcnl Osvaldo Guardone se encontraba enfermo en su residencia, el grupo se aproximó para secuestrarlo, siendo rechazado por una decidida acción del militar que sostuvo un fuerte enfrentamiento con los guerrilleros, impidiendo con sus armas que estos lo pudieran tomar, provocando la muerte de uno de ellos, el que fue evacuado por sus camaradas al replegarse del área. No obstante ello los guerrilleros secuestraron al Tcnl Argentino del Valle Larrabure y al Capitán García, este último abandonado en la ciudad de Córdoba, con graves heridas.
Todo el perímetro de la fábrica se transformó en un escenario de violencia y tiroteos entre extremistas y soldados, siendo estos últimos, al ser reducidos, sometidos a un despiadado castigo mediante culatazos de fusiles, armas blancas y otros elementos. Reducida la resistencia, los extremistas lograron entrar en los depósitos de explosivos y de arsenales apoderándose de un número indeterminado de fusiles Fal, (Fusible Argentino Liviano) otras armas, granadas, pistolas, proyectiles de distinto calibre, uniformes y otros pertrechos , que fueron cargando en un camión que partió rápidamente, mientras los grupos se reunían y se retiraban silenciosamente.
Habían transcurrido dos horas, aproximadamente de su ingreso, actuando con una inusitada violencia en distintas dependencias, en las cuales los pocos soldados existentes no contaban con la posibilidad de ser conducidos al tener a sus superiores secuestrados, no logrando dificultar los intentos de los terroristas para realizar los secuestros y los robos que habían programado.
Pasaron tres horas en que los sediciosos pusieron distancia entre la fábrica y sus destinos finales, huyendo en varios vehículos tomados de la propia planta y abandonando otros en los cuales se encontró gran cantidad de armamento, granadas, munición y documentación abandonada.
Se pudo establecer que uno de los cabecillas del intento , murió durante el ataque a la residencia del director, otro en un accidente en plena huida al pretender eludir un control policial, pudiéndose comprobar que varios heridos fueron recuperados por los sediciosos y evacuados en su huida.
ACCIÓN EN CATAMARCA.
Una llamada telefónica alertó a la policía sobre la existencia de un ómnibus ocupado por personal con ropas militares, que se encontraba detenido en la Quebrada de Moreira, en proximidades de los fondos del Regimiento de Infantería 17 Aerotransportado, posibilitando con ello abortar el copamiento de dicho cuartel militar.
Según la inteligencia posterior a los hechos, un grupo integrado por varias personas fue observado por pobladores, quienes mediante un llamado a la dependencia policial, alertaron sobre la existencia de un ómnibus detenido sobre un camino lateral a la ruta nacional N† 62, donde se encontraban varias personas que en esos instantes se estaban cambiando con ropas militares. Esto ocurría a la altura de Polcos, Departamento de Valle Viejo, en una zona conocida como Banda de Varela.
La policía zonal concurrió de inmediato con varias unidades móviles y un grupo de seis personas que al requerir la correspondiente identificación fue recibida por una fuerte descarga de fuego que rechazó al personal policial, habiendo considerado los guerrilleros que todo el personal se encontraba muerto, por lo que los subversivos se dieron a la fuga utilizando los vehículos policiales, una camioneta y un camión que habían aproximado a la zona.
El objetivo de los extremistas era de real importancia, según declaraciones del personal policial, que haciéndose pasar por muertos en el enfrentamiento, escucharon que el objetivo era atacar el cuartel del Regimiento, aspecto que fue corroborado posteriormente por declaraciones tomados de varios detenidos. Se pudo determinar también, que el objetivo de los sediciosos era ocupar la ciudad de Catamarca para alcanzar un dominio temporáneo de la zona.
Detectado el operativo revolucionario fueron movilizados rápidamente por orden de las autoridades políticas y militares, los efectivos necesarios para realizar un amplio patrullaje, lo que permitió comprobar lo antedicho y lograr la detención de doce guerrilleros, todos ellos jóvenes de entre 20 /25 años, los que fueron detenidos en diferentes lugares: estación terminal de micros, otros en el Portezuelo, y en la localidad de Chumbicha, en dirección a la Rioja.
Otra información determinaba que el micro había sido contratado en Tucumán para viajar a Catamarca, con estudiantes para participar de un almuerzo. Según pudo comprobarse, la operación estuvo dirigida por el combatiente del ERP de apellido Salatino integrante de un sector revolucionario con asiento en Tucumán. También pudo comprobarse que el grupo atacante estaría integrado por 60 guerrilleros como elementos de acción directa, ampliándose la cantidad a 100, con los apoyos locales.
CONSIDERACIONES FINALES.
El ataque a la fábrica Militar de Villa María y el intento de ataque al regimiento 17 de Infantería, suman nuevos objetivos a lo ya activado por las fuerzas revolucionarias. Esto no hace otra cosa que poner en evidencia lo tan reiteradamente pregonado en los documentos publicados por ellos mismos de lograr y obtener la destrucción y eliminación de las Fuerzas Armadas Argentinas para “CREAR EL EJERCITO DEL PUEBLO” único capaz de alcanzar el dominio de las masas proletarias.
Este episodio, si bien tuvo significación revolucionaria en la zona de acción, cubrió también otros sectores que en ese mismo periodo fueron registrándose. HECHOS DE POCA MAGNITUD EN Salta, La Rioja y Santiago del Estero, revelaron posteriormente que sectores de Fuerzas Militares, de Seguridad y Policiales, también habrían sido consideradas como potenciales objetivos a tener en cuenta en esa misma oportunidad.
Los allanamientos que se realizaron en forma inmediata en Córdoba y Tucumán, junto con los efectuados en Las otras provincias mencionadas permitió la obtención de valiosa documentación, correspondiendo en todos los casos a la organización terrorista ERP.
Por lo trascendente de estas acciones, me permito agregar, a modo de testimonios las palabras pronunciadas por importantes personalidades políticas de la época, con vigencia actual en los destinos del país.