ALEGATO del acusado Alfredo Ignacio Astiz
Aprovecho la oportunidad de hablar en este Juicio, pero no para referirme a lo sucedido en la audiencia, ya que ese aspecto del asunto acaba de ser considerado prolijamente por la Sra. Defensora que lleva el caso. Quiero agradecer la capacidad, la dedicación y la valentía demostrada por la Dra. Martínez a lo largo de todo el proceso, así como por su Secretaria, la Dra. Plesel y por todo el personal de la Defensoría.
Quiero referirme solamente a un sentimiento personal que es independiente de lo que resuelva S.S. sobre el asunto. Desde años atrás soporto situaciones similares que van mas allá de lo que yo diga o calle a consecuencia del desempeño que me tocó en suerte durante los acontecimientos históricos que son del dominio público.
Fui Oficial de Marina por vocación, dedicando mi vida a una Institución a la que respeto y quiero. Por causa del Servicio Naval me tocó participar de un enfrentamiento lastimoso en el que creo haberme comportado correctamente y en el lado adecuado.
Esa guerra terminó y no me dejó odio ni rencores. Todo lo contrario, como sucede casi constantemente con los excombatientes busqué a partir de ese momento el camino de la paz y la reconciliación de todo el pueblo de Argentina dentro de mis pequeñas capacidades.
Es por eso que entendí que la mejor contribución que podía ofrecer era comportarme con la mayor discreción circunscribiendo mi vida a mi familia, mis amigos y los ambientes que ellos frecuentan. Solo ocasionalmente, en alguna de las oportunidades en que me fue pedido, acepté conversar en forma privada e informal con gente de otros medios que manifestó interés por conocer mi forma de ser y de pensar.
Demás está decir que me manifesté como soy y dentro de la forma discreta en que he decidido llevar mi vida, desmintiendo la falsa imagen que algunas personas tenían de mi.
Así fue también el caso de la Sra. Gabriela Cerruti con quien mantuve una conversación privada; a la que previamente le aclaré que no concedía entrevistas. En dicha conversación no dije las cosas que ella me atribuye falsamente, y que además, creo que es lo mas importante, no pienso ni siento.
Independientemente de lo anterior, yo no basaba cada conversación con una persona en su punto de vista ideológico o su profesión, ya que si así lo hubiera hecho, hubiera prejuzgado y me quedaría encerrado en mis ideas, sin abrir mi mente a otros pensamientos que pueden ser interesantes y constructivos.
Para mantener una conversación con una persona me basaba mas en su honestidad y ética que en su profesión e ideología. Por supuesto, en la conversación que mantuve que dio lugar a este proceso, los datos que tenía sobre la interlocutora estaban errados.
En la época de los juicios a los militares era un lugar común decir que el fin no justifica los medios, pensamiento que aclaro, comparto desde siempre. Por eso me llamó la atención que en dos oportunidades se haya aludido elípticamente a la idea para sostener lo contrario, porque según se dio a entender en autos el fin justifica doblemente los medios. Justifica falsear una conversación y su contenido para fabricar una persecución en mi contra y justifica sostener un delito inexistente en aras de una condena a mi persona.
Cuando en la etapa de instrucción de esta causa el Sr. Juez no aceptó el pedido de sobreseimiento hecho por el Sr. Fiscal por la inexistencia de delito, me sentí desilusionado y preocupado, pero hoy, más allá del resultado de este juicio para con mi persona, me siento satisfecho, ya que creo que la verdad ha alumbrado claramente a los presentes en la audiencia.
Finalmente quiero también agradecer a mi familia, a mis amigos y a la gente de bien que confió en mi y me apoyó en los acontecimientos sucedidos, así como ratificar mi cariño por la Armada Argentina, Institución a la cual sigo perteneciendo en el fondo de mi corazón.
Aprovecho la oportunidad de hablar en este Juicio, pero no para referirme a lo sucedido en la audiencia, ya que ese aspecto del asunto acaba de ser considerado prolijamente por la Sra. Defensora que lleva el caso. Quiero agradecer la capacidad, la dedicación y la valentía demostrada por la Dra. Martínez a lo largo de todo el proceso, así como por su Secretaria, la Dra. Plesel y por todo el personal de la Defensoría.
Quiero referirme solamente a un sentimiento personal que es independiente de lo que resuelva S.S. sobre el asunto. Desde años atrás soporto situaciones similares que van mas allá de lo que yo diga o calle a consecuencia del desempeño que me tocó en suerte durante los acontecimientos históricos que son del dominio público.
Fui Oficial de Marina por vocación, dedicando mi vida a una Institución a la que respeto y quiero. Por causa del Servicio Naval me tocó participar de un enfrentamiento lastimoso en el que creo haberme comportado correctamente y en el lado adecuado.
Esa guerra terminó y no me dejó odio ni rencores. Todo lo contrario, como sucede casi constantemente con los excombatientes busqué a partir de ese momento el camino de la paz y la reconciliación de todo el pueblo de Argentina dentro de mis pequeñas capacidades.
Es por eso que entendí que la mejor contribución que podía ofrecer era comportarme con la mayor discreción circunscribiendo mi vida a mi familia, mis amigos y los ambientes que ellos frecuentan. Solo ocasionalmente, en alguna de las oportunidades en que me fue pedido, acepté conversar en forma privada e informal con gente de otros medios que manifestó interés por conocer mi forma de ser y de pensar.
Demás está decir que me manifesté como soy y dentro de la forma discreta en que he decidido llevar mi vida, desmintiendo la falsa imagen que algunas personas tenían de mi.
Así fue también el caso de la Sra. Gabriela Cerruti con quien mantuve una conversación privada; a la que previamente le aclaré que no concedía entrevistas. En dicha conversación no dije las cosas que ella me atribuye falsamente, y que además, creo que es lo mas importante, no pienso ni siento.
Independientemente de lo anterior, yo no basaba cada conversación con una persona en su punto de vista ideológico o su profesión, ya que si así lo hubiera hecho, hubiera prejuzgado y me quedaría encerrado en mis ideas, sin abrir mi mente a otros pensamientos que pueden ser interesantes y constructivos.
Para mantener una conversación con una persona me basaba mas en su honestidad y ética que en su profesión e ideología. Por supuesto, en la conversación que mantuve que dio lugar a este proceso, los datos que tenía sobre la interlocutora estaban errados.
En la época de los juicios a los militares era un lugar común decir que el fin no justifica los medios, pensamiento que aclaro, comparto desde siempre. Por eso me llamó la atención que en dos oportunidades se haya aludido elípticamente a la idea para sostener lo contrario, porque según se dio a entender en autos el fin justifica doblemente los medios. Justifica falsear una conversación y su contenido para fabricar una persecución en mi contra y justifica sostener un delito inexistente en aras de una condena a mi persona.
Cuando en la etapa de instrucción de esta causa el Sr. Juez no aceptó el pedido de sobreseimiento hecho por el Sr. Fiscal por la inexistencia de delito, me sentí desilusionado y preocupado, pero hoy, más allá del resultado de este juicio para con mi persona, me siento satisfecho, ya que creo que la verdad ha alumbrado claramente a los presentes en la audiencia.
Finalmente quiero también agradecer a mi familia, a mis amigos y a la gente de bien que confió en mi y me apoyó en los acontecimientos sucedidos, así como ratificar mi cariño por la Armada Argentina, Institución a la cual sigo perteneciendo en el fondo de mi corazón.