EL SECRETO EN LAS OPERACIONES
ALGUNOS COMENTARIOS EXTRAÍDOS DE FUENTES SUBVERSIVAS
Si el secreto ha sido en toda la historia de la guerra un factor determinante, lo es aún más en la guerra de guerrillas, en donde la sorpresa es la línea rectora de la táctica. Va de suyo que la dirección del PRT tenía claro, por lo menos en teoría, estas afirmaciones, Sin embargo se ha podido violar los secretos por desconocer o, lo que es peor, subestimar las modernas técnicas de información.
Ese fue, precisamente, un importante error en el PRT, desconocer o resistirse a creer que más del ochenta por ciento de la información que se clasifica como secreta, es obtenida por medios públicos, es decir por el procesamiento y análisis de masas de información fragmentaria.
El PRT contaba de antemano los pasos que iba a dar. Lanzaba en su prensa enorme información operativa que los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas supieron procesar y cuando llegó el momento de actuar, lo hicieron con una precisión encomiable, según se desprende de la sistematización con que actuaron contra el PRT-ERP
En efecto, si se descuenta la guerrilla rural, el Ejército empezó a operar directamente contra el ERP a las pocas semanas del golpe de estado del 24 de marzo de 1976. La observación del abanico represivo indicaría que se siguió un plan determinado por una información bastante precisa, plan que culminó con la muerte de Santucho y los principales dirigentes, apenas a los tres meses y medio. Dicha información no fue sólo el resultado de eventuales infiltraciones y hasta éxitos en la tortura, sino una combinación analítica bastante precisa a partir de la masa de información pública del ERP y apoyada por todos los demás recursos de la moderna inteligencia.
La sobrecarga de ritos y formalidades contribuía a dar indicios sobre modalidades, planes operativos, los problemas internos, los puntos débiles y los recursos disponibles. La Jefatura de Personal del ERP, por ejemplo, confeccionaba planillas con la plantilla de personal de cada unidad de combate, por supuesto que omitiendo nombres legales, domicilios, etc., pero dando tanto otros elementos personales (edad, profesión, origen de clase, nivel de educación, características físicas y hasta políticas, etc.), que las transformaban en un dato preciso para la Inteligencia de las FF. AA.
Para ilustrar con un ejemplo típico de cómo la prensa del PRT-ERP era una importante fuente de filtración de información, se puede mencionar el caso de la subametralladora llamada JCR. El PRT había logrado junto con el MIR chileno, el MLN Tupamaros del Uruguay y el PRT de Bolivia, construir una subametralladora muy sencilla pero efectiva. Cuando apenas se estaba probando el prototipo y se iniciaba la producción masiva, se hizo una profusa propaganda alabando la capacidad de la guerrilla para construir su propio armamento.
A los pocos meses, la represión detectó la fábrica totalmente subterránea y se incautó de una enorme cantidad de piezas de ametralladoras en pleno proceso de fabricación.
Pero, a su vez, no podía todavía producir una simple granada de mano, arma mucho más eficaz e imprescindible y sencilla para la guerrilla.
El ERP sólo tuvo granadas de mano, dignas de llamarse tales, ya en los últimos meses de existencia, cuando en virtud de los acuerdos para la OLA, Montoneros le brindó su experiencia técnica. La Organización para la Liberación Argentina estuvo a punto de formarse entre el ERP, Montoneros y Poder Obrero en 1976.
Es paradójico que aquel PRT que había sido llamado los cañoneros en el ambiente de la izquierda por su afición al uso de explosivos amedrenta ti vos, usado para llamar la atención o crear expectativas, haya creado este ERP, que asaltaba grandes bases militares y fuera a la vez tan ineficiente a la hora de preparar operaciones basadas en los explosivos (sobretodo si se lo compara con la mortífera eficacia de Montoneros).
Pese a las falencias y errores, el ERP era sin embargo la organización armada con mayor poder de fuego y también mayor presencia operativa en el país, pues además de las grandes operaciones se producían decenas de pequeñas acciones, día a día y no siempre publicitadas.
La masa de pequeñas y medianas operaciones exitosas del ERP, era posible porque había margen social para las mismas, porque hasta cierto nivel, las condiciones, no sólo permitían sino que lo exigían, dado el grado de violencia a que había llegado la situación política nacional y, fundamentalmente, por la enorme fuerza moral de los combatientes del ERP; una moral de lucha y una fe que movía montañas. Con ese cierto nivel a que se había llegado cabía la iniciativa, la creatividad, la imaginación y la audacia de grupos pequeños.
Para fines de 1975 el cierto nivel había llegado a su tope y necesariamente sobrevendrían dos posibles alternativas: o bien se elevaba el nivel, pasando así a la organización de grandes unidades guerrilleras para una elevación en el nivel de enfrentamiento social, o las Fuerzas Armadas, con todo el monopolio represivo en sus manos, derrotarían a la guerrilla.
NOTA: Tomado de varias fuentes
ALGUNOS COMENTARIOS EXTRAÍDOS DE FUENTES SUBVERSIVAS
Si el secreto ha sido en toda la historia de la guerra un factor determinante, lo es aún más en la guerra de guerrillas, en donde la sorpresa es la línea rectora de la táctica. Va de suyo que la dirección del PRT tenía claro, por lo menos en teoría, estas afirmaciones, Sin embargo se ha podido violar los secretos por desconocer o, lo que es peor, subestimar las modernas técnicas de información.
Ese fue, precisamente, un importante error en el PRT, desconocer o resistirse a creer que más del ochenta por ciento de la información que se clasifica como secreta, es obtenida por medios públicos, es decir por el procesamiento y análisis de masas de información fragmentaria.
El PRT contaba de antemano los pasos que iba a dar. Lanzaba en su prensa enorme información operativa que los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas supieron procesar y cuando llegó el momento de actuar, lo hicieron con una precisión encomiable, según se desprende de la sistematización con que actuaron contra el PRT-ERP
En efecto, si se descuenta la guerrilla rural, el Ejército empezó a operar directamente contra el ERP a las pocas semanas del golpe de estado del 24 de marzo de 1976. La observación del abanico represivo indicaría que se siguió un plan determinado por una información bastante precisa, plan que culminó con la muerte de Santucho y los principales dirigentes, apenas a los tres meses y medio. Dicha información no fue sólo el resultado de eventuales infiltraciones y hasta éxitos en la tortura, sino una combinación analítica bastante precisa a partir de la masa de información pública del ERP y apoyada por todos los demás recursos de la moderna inteligencia.
La sobrecarga de ritos y formalidades contribuía a dar indicios sobre modalidades, planes operativos, los problemas internos, los puntos débiles y los recursos disponibles. La Jefatura de Personal del ERP, por ejemplo, confeccionaba planillas con la plantilla de personal de cada unidad de combate, por supuesto que omitiendo nombres legales, domicilios, etc., pero dando tanto otros elementos personales (edad, profesión, origen de clase, nivel de educación, características físicas y hasta políticas, etc.), que las transformaban en un dato preciso para la Inteligencia de las FF. AA.
Para ilustrar con un ejemplo típico de cómo la prensa del PRT-ERP era una importante fuente de filtración de información, se puede mencionar el caso de la subametralladora llamada JCR. El PRT había logrado junto con el MIR chileno, el MLN Tupamaros del Uruguay y el PRT de Bolivia, construir una subametralladora muy sencilla pero efectiva. Cuando apenas se estaba probando el prototipo y se iniciaba la producción masiva, se hizo una profusa propaganda alabando la capacidad de la guerrilla para construir su propio armamento.
A los pocos meses, la represión detectó la fábrica totalmente subterránea y se incautó de una enorme cantidad de piezas de ametralladoras en pleno proceso de fabricación.
Pero, a su vez, no podía todavía producir una simple granada de mano, arma mucho más eficaz e imprescindible y sencilla para la guerrilla.
El ERP sólo tuvo granadas de mano, dignas de llamarse tales, ya en los últimos meses de existencia, cuando en virtud de los acuerdos para la OLA, Montoneros le brindó su experiencia técnica. La Organización para la Liberación Argentina estuvo a punto de formarse entre el ERP, Montoneros y Poder Obrero en 1976.
Es paradójico que aquel PRT que había sido llamado los cañoneros en el ambiente de la izquierda por su afición al uso de explosivos amedrenta ti vos, usado para llamar la atención o crear expectativas, haya creado este ERP, que asaltaba grandes bases militares y fuera a la vez tan ineficiente a la hora de preparar operaciones basadas en los explosivos (sobretodo si se lo compara con la mortífera eficacia de Montoneros).
Pese a las falencias y errores, el ERP era sin embargo la organización armada con mayor poder de fuego y también mayor presencia operativa en el país, pues además de las grandes operaciones se producían decenas de pequeñas acciones, día a día y no siempre publicitadas.
La masa de pequeñas y medianas operaciones exitosas del ERP, era posible porque había margen social para las mismas, porque hasta cierto nivel, las condiciones, no sólo permitían sino que lo exigían, dado el grado de violencia a que había llegado la situación política nacional y, fundamentalmente, por la enorme fuerza moral de los combatientes del ERP; una moral de lucha y una fe que movía montañas. Con ese cierto nivel a que se había llegado cabía la iniciativa, la creatividad, la imaginación y la audacia de grupos pequeños.
Para fines de 1975 el cierto nivel había llegado a su tope y necesariamente sobrevendrían dos posibles alternativas: o bien se elevaba el nivel, pasando así a la organización de grandes unidades guerrilleras para una elevación en el nivel de enfrentamiento social, o las Fuerzas Armadas, con todo el monopolio represivo en sus manos, derrotarían a la guerrilla.
NOTA: Tomado de varias fuentes
