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miércoles, 19 de diciembre de 2007

Batalla de Monte Chingolo

La Batalla de Monte Chingolo
En ocasiones se ha intentado equiparar el intermitente accionar terrorista en Europa con la prolongada guerra de guerrillas rurales y urbanas librada en la Argentina durante la década del 70 y que a no dudar ha configurado una verdadera guerra. Tal comparación (así como la de las muy disímiles metodologías empleadas para enfrentar la agresión) queda invalidada por las notorias diferencias cuantitativas y cualitativas entre el esporádico terrorismo selectivo que, de tanto en tanto han conmovido al Viejo Mundo y la ola de atentados que -durante largos años- fue noticia habitual e inclusive cotidiana en las principales ciudades argentinas, como también por la inexistencia en Europa de “zonas dominadas” , en poder de fuerzas insurrectas, de ataques y tomas de cuarteles u otras acciones de guerra abierta como las entonces frecuentes en territorio argentino.

En efecto, las dos mayores guerrillas de la Argentina -ERP y Montoneros, cuyos despliegues y operaciones superaron al M-19 o Tupamaros y no han sido igualados por “Sendero Luminoso”, u otros émulos- atacaron con momentáneo Èxito cuarteles e instalaciones de las fuerzas legales argentinas, desde la toma de comisarías o destacamentos policiales, voladura de buques de guerra y aeronaves militares ("ARA, Santísima Trinidad", Hércules C-130 en Tucumán, etc .), y de cuyo comentario esta repleta esta página de La Década del 70, hasta el ataque de Monte Chingolo, para terminar en este tipo de operaciones en el ataque al Cuartel de La Tablada.

En la localidad de Monte Chingolo, focalizada en jurisdicción de Bemal, al sur de la ciudad de Buenos Aires, abarcando desde el Riachuelo hasta las afueras de La Plata, a unos 70 km. de la Capital Federal, se libró una verdadera batalla campal entre diversas unidades del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo creado por el PRT en 1970) con refuerzos de Montoneros, enfrentados por un conjunto de elementos de las fuerzas legales, al intentar los primeros -en la víspera de nochebuena de 1975- el copamiento, saqueo y destrucción del Batallón Depósito de Arsenales 601 allí existente.

A tales fines, el PRT -ERP concentró en el conurbano bonaerense sus huestes más fogueadas, convergiendo desde sus zonas de operaciones habituales el Batallón Urbano "José de San Martín", la Compañía "Héroes de 1917", la Compañía "Héroes de Trelew", la Compañía "Decididos de Córdoba" (autora del ataque al Batallón de Comunicaciones 141) , la Compañía ."Combate de San Lorenzo" ( exitosa en su incursión a la zona de cuarteles y Fábrica Militar de esa localidad santafesina), algunos remanentes de la aniquilada Compañía de Monte "Ramón Rosa Jiménez" (que había establecido una Zona Dominada en Tucumán) y diversos Pelotones de Combate autónomos, además de elementos Montoneros cuya participación fue reconocida aunque nunca determinada con suficiente precisión en las respectivas autocríticas publicadas. (Ver. 'El Combatiente", "Estrella Roja" y "Evita Montonera" de enero de 1976.)

Para crear focos de distracción y obstaculizar a las fuerzas que pudieran acudir en auxilio del cuartel atacado, los mandos del E.R.P. coordinaron la iniciación de varias acciones subsidiarias de distracción ( velo y engaño), de apoyo y contención, que abarcaron desde el limite capitalino en el Riachuelo hasta Gonnet y Arana en jurisdicción de La Plata, produciendo el corte de los puentes Pueyrredón, Bosch, Victorino de la Plaza, Uriburo y De La Noria, Así como barricadas y obstrucciones (ambas con fuego de protección u hostigamiento) anulando el Camino de Cintura sobre el Río Matanzas y diversas avenidas de Quilmes, Lomas de Zamora, Pasco y varios tramos del camino General Belgrano. Evidentemente el mayor énfasis en un absoluto control de rutas se centró en las vías de aproximación y escape del cuartel atacado.

Aparte de los incendios de establecimientos comerciales, barricadas con transportes colectivos volcados y tiroteos mantenidos en todos esos lugares, se hostigaron en forma sostenida los cuarteles del Regimiento 7 de Infantería en La Plata y de la Unidad Regional N° 2 de la Policía provincial en Lanús, para inducir a error acerca del cual era el objetivo principal de la acción emprendida.

En este lugar, además de montar su dispositivo de control de intercepción del tránsito en las vías de aproximación y de escape de Monte Chingolo, elementos del PRT-ERP instalaron un puesto de observación frente al acceso de la Unidad Militar, simulando atender una venta de pan dulce, aprovechando la víspera de Noche.

El ataque fue iniciado a las 18,50 horas de ese 23 de diciembre de 1975- en que muchas vidas jóvenes, en ambos bandos, fueron tronchadas prematuramente- cuando un conscripto de guardia, que había dado paso a un proveedor se disponía a cerrar el portón de acceso.

Antes de poder hacerlo, un camión pesado que se aproximaba al lugar efectuó un brusco viraje y embistió el portón destrabado, abriendo violentamente sus hojas e hiriendo de gravedad al conscripto. Tras ese primer vehículo, irrumpieron al playón del cuartel otros nueve, que se desplegaron en abanico con centro en la Guardia de la Unidad en un frente de unos 250 metros.

Al comenzar el despliegue de esa decena de camiones, el mismo soldado (luego condecorado) apostado en la garita exterior, alcanzó a abrir fuego -pese a sus heridas- contra uno de los vehículos que arremetía hacia la antena de radio, obligándolo a desviarse e impidiendo que la Unidad quedase incomunicada. Precisamente, la preservación de las comunicaciones con el exterior dio lugar a diversos enfrentamiento entre atacantes y defensores del cuartel, hallándose éstos muy disminuidos en su dotación normal debido al franco navideño. Durante las dos horas y media que duró el combate principal (no así los combates secundarios que se prolongaron toda la noche), el conscripto radio operador no dejó de transmitir, pese a la irrupción de atacantes dentro de su cabina.

Un compañero suyo, operador de la central telefónica enfrentó a un guerrillero en la puerta lateral de la cabina, abatiéndolo tras un impreciso intercambio de disparos pero quedando él herido en un brazo. En ese momento vio caer combatiendo en la otra entrada a otro conscripto -Roberto Caballero, condecorado post mortem- mientras su matador se disponía a atacar por detrás al operador de radio. Teniendo un brazo inutilizado no pudo accionar su arma, pero logró desviar y derribar al atacante ultimándolo a golpes con un martillo que halló a mano, según consta en los fundamentos de las dos condecoraciones conferidas.

Dos ulteriores intentos de derribar la antena de radio fueron frustrados por el sargento ayudante Roque Carmelo Cisterna, muerto en combate, cuando había inutilizado a dos vehículos de las fuerzas atacantes.

En el local de la Guardia, otro sargento ayudante con unos pocos soldados protagonizó una resistencia de dos horas y medias de un sostenido ataque, siendo rescatados por sus camaradas de esa construcción en ruinas.

Uno de esos conscriptos estando preso por desertor, pidió un puesto en la lucha y se gano una condecoración al arrastrarse al descubierto mas de un centenar de metros bajo un intenso fuego, logrando recuperar la llave de un depósito caída entre escombros. Esta oportuna acción permitió sostener la defensa del local cuando estaba agotándose la provisión de munición y no se lograba forzar o derribar la puerta de seguridad de su depósito.

En momento dado los atacantes lograron prender fuego al local de la guardia mediante granadas explosivas e incendiarias pero los defensores lograron circunscribir los focos y rechazar un asalto en lucha cuerpo a cuerpo.

En otro sector un grupo de soldados al mando de un cabo sostuvo la defensa de la Compañía de Servicios atacada durante dos horas y media por seis distintos grupos motorizados. Por otra parte fue un escollo igualmente insalvable para el copamiento de las instalaciones la defensa de la Compañía de Seguridad a cargo de un Sargento Ayudante, un Cabo Primero, seis conscriptos y un enfermero.

El abanico de vehículos desplegado inicialmente por las fuerzas atacantes fue batido personalmente -según consta en la información respectiva por el coronel jefe de la Unidad invadida, secundado por su jefe de operaciones, otro oficial presente ese día y un suboficial que acudió al fuego, hasta pasadas las 21 horas.

Aparte de la decena de camiones y piquetes de guerrilleros a píe ingresados por el frente, otro grupo también motorizado había intentado otro ataque secundario por los fondos del terreno para apoderarse de tos depósitos de arsenales y robar su contenido, siendo rechazados por la guardia del “Puesto Galpones”, con la pérdida casi total de sus hombres y vehículos.

A todo esto, desde los primeros momentos ya convergían -librando combates sucesivos y venciendo vallas u obstáculos diseminados en las principales vías de acceso- un conjunto de fuerzas del Ejército, de la Gendarmería Nacional, de las Policías Federal y Provincial, del Batallón 3 de Infantería de Marina (del cual murió el conscripto Enrique Grimaldi) e inclusive cuatro máquinas de la Fuerza Aérea, habiéndose denunciado en las primeras fases de la lucha tos repetidos sobrevuelos de observación de un avión no identificado.

En los numerosos enfrentamientos resultaron abatidos unos dos centenares de guerrilleros, muchos de tos cuales se habían apropiado de vehículos particulares y otros habían detenido, desalojado y abordado un tren del Ferrocarril Belgrano en la barrera de la calle Pasco del trayecto de Solano a Avellaneda. En dichos enfrentamientos subsidiarios, las fuerzas legales también tuvieron numerosos muertos y heridos, entre los primeros el capitán Luis María Petruzzi y el igualmente condecorado post mortem Teniente Primero Spinazi, caído frente a sus hombres cuando atacaba un contingente guerrillero en el puente sobre el Arroyo Las PIEDRAS.

En esa víspera de Nochebuena nadie pudo dormir en las populosas barriadas suburbanas entre Buenos Aires y La Plata, donde la guerrilla urbana había erigido sus barricadas y librado innumerables combates antes de emprender la retirada mimetizados entre la población. En muchos casos, los pobladores (mayoritariamente adictos al peronismo entonces gobernante y desestabilizado por los guerrilleros ) denunciaban el paso o la presencia de éstos a las fuerzas legales, produciéndose nuevos enfrentamientos en las casas donde se habían ocultado.

Esta verdadera batalla por su extensión e intensidad,- selló virtualmente la extinción del PRT-ERP como fuerza irregular de gran magnitud, máxime al caer abatidos medio año después -el 19 de julio de 1976 en un refugio, de Florida (Panamericana y Avenida General Paz)- su fundador y jefe, Roberto Mario Santucho (llamado "el Robby" o "Comandante Carlos”), su compañera y sus principales colaboradores.

A partir de entonces y por varios años más, el peso de la acción guerrillera pro-marxista recayó en el Ejército Montonero (organización castrista “entrista” (*) , en el peronismo, que luego combatiría en Angola y en Nicaragua), en los maoístas del EPL (Ejército Popular de Liberación creado por el PCML, Partido Comunista Marxista-Leninista) y en los trotzkistas de las Brigadas Rojas formadas por la OCPO-FAL 22 (Organización Comunista Poder Obrero -Fuerzas Armadas de Liberación "22 de Agosto") presumiblemente extintas o, al menos inactivas en los últimos años.

(*) El Término “entrismo” identifica la acción de infiltrar cuadros de una tendencia política en organizaciones de otra tendencia, con el fin de hacerlas girar en un sentido diferente u opuesto al que originariamente respondían. Es una técnica muy usada por las organizaciones marxistas. En la Argentina se dio con respecto al peronismo, prácticamente desde su nacimiento especialmente por su “llegada a las masas” que daban la espalda a los grupos de izquierda. También fue intentado dentro de la Iglesia Católica infiltrando con los llamados "sacerdotes tercermundistas" y aprobechando y pretendiendo una incorrecta, inexacta y de hecho contraria interpretación al verdadero sentido y espíritu evangélico y del Concilio Vaticano II. Esta tendencia se agudizaría con el surgimiento del castrismo que intentaría neutralizar, mediante ese y otros métodos, el enorme vigor político y popular de Perón y su movimiento.

Documento de la época sobre la batalla en Monte Chingolo


Carta de situación de la "Batalla Campal de Monte Chingolo"

La GUERRA que libró el país antes y durante la década del 70, encierra en su contenido la materialización doctrinaria en que se apoya la naturaleza de la GUERRA REVOLUCIONARIA mundial, que durante el siglo XX y en especial en su segunda mitad, azotó al mundo y en lo particular a nuestra República Argentina.

Para poder comprender porqué este proceso llega en su desarrollo a lo que se conoce como "LA BATALLA DE MONTE CHINGOLO" resulta necesario conocer sucintamente cuales son las etapas que engloban este acontecimiento, partiendo de su naturaleza y de su objetivo fundamental, ya que ambas cosas califican y centralizan toda la esencia de la lucha.

Su naturaleza es esencialmente ideológica porque busca la conquista del hombre a través de su mente. Su accionar esta dirigido a la conciencia y a la moral del hombre a fin de afectar los principios que lo rigen, para reemplazarlos por otros, acordes a su filosofía. El esfuerzo se concentra en la estructura social (política, intelectual, económica, religiosa, militar, etc.) teniendo en cuenta la acción multiplicadora que los hechos pueden obtener.

Por ello, la acción afecta todos los campos del quehacer nacional, no siendo su neutralización y destrucción o desaparición una responsabilidad exclusiva de las FF. AA., sino del país que es lo mismo que decir de la sociedad toda.

El objetivo final de la Guerra es la toma del poder, mediante la sustitución del gobierno establecido.

Esta forma la guerra, debe ser considerada como "un método y por lo tanto no requiere causas", aunque si hay que considerar que existen circunstancias que tornan favorable la aplicación de este método.

Esta GUERRA se desarrolla a través de una serie de etapas, que en nuestro país han quedado claramente evidenciadas y fundamentadas en la gran cantidad de episodios producidos, los que se han ido desenvolviendo, no solo en la faz doctrinaria, sino también bajo la capacidad intelectual y por el "arte" que cada revolucionario puso de manifiesto.

Las etapas o fases, pueden sintetizarse en las siguientes:

FASE 1: CLANDESTINA.
El éxito de esta fase es vital para el desarrollo de las siguientes.
Tiene dos objetivos:
Organización y completamiento de cuadros.
Creación de una situación (ambiente) subversivo.
Caracterizada por: propaganda, agitación social, acciones rápidas pero siempre violentas.
Es la que se desarrolló desde su inicio hasta el 72/73. Avalada en ese último año por la presencia de un gobierno de corte netamente revolucionario.

FASE 2: "ABIERTA CON CREACIÓN DE ZONAS DOMINADAS"
Comienza a tener vigencia cuando los elementos revolucionarios se agrupan en bandas armadas para desarrollar acciones abiertas. El inicio de esta fase fue el máximo nivel alcanzado por el enemigo en nuestro país.
Tiene entre otros un objetivo principal y trascendente. Es el que los revolucionarios denominan "poder dual", o sea la existencia de órganos y formas de poder revolucionario que coexisten con las legales y disputan el poder.
A esta situación se llegó durante los años 73/74/75 (Operación Independencia).

FASE 3: ABIERTA CON ACCIÓN REVOLUCIONARIA GENERALIZADA.
Es la fase de la organización final de la revolución. Abarca el dominio de las estructuras políticas, económicas, sociales y militares.
Esta fase se inicia con una acción explosiva de "insurrección popular", complementada con lo que se llama el desarrollo de las "BATALLAS CAMPALES", donde los revolucionarios concentran la masa de su accionar sobre aquellos objetivos fundamentales del poder legal.
A esta situación se llegó cuando los revolucionarios lanzaron su ataque sobre el Batallón de Arsenales 601, en Monte Chingolo, complementado con una serie de acciones secundarias, el 23 de diciembre de 1975.
No voy a entrar en el análisis de detalle de este episodio, tal vez el mas importante, tanto para las Fuerzas Legales, cuyo resultado significó prácticamente la derrota final de los revolucionarios. Su desarrollo podrá ser encontrado el las páginas de la DÉCADA del 70.
Sin embargo, por la importancia de este acontecimiento, se presenta para una mayor claridad, la "CARTA DE SITUACIÓN DE LA BATALLA DE MONTE CHINGOLO".

EL PRT – ERP Y MONTONEROS, concentraron sus efectivos mas fogueados convergiendo sobre el conurbano bonaerense, desde sus zonas de operaciones habituales.

P.R.T. – E.R.P. :
Batallón Urbano "José de San Martín".
Compañía "Héroes de 1917".
Compañía "Héroes de Trelew".
Compañía "Decididos de Córdoba".
Compañía "Combate de San Lorenzo".
Compañía de Monte "Ramón Rosa Jiménez".
Diversos pelotones urbanos de combate.

MONTONEROS:
Participaron efectivos de reconocida capacidad, que fueron publicados en la revista "El Combatiente", "Estrella Roja", y "Evita Montonera" (enero 1976).


FUERZAS LEGALES: Ver la carta de situación.


PRINCIPALES FOCOS DE LA BATALLA LIBRADA POR LAS FUERZAS IRREGULARES REVOLUCIONARIAS, CONTRA LAS FUERZAS LEGALES, LA NOCHE DEL 23/24 DE DICIEMBRE DE 1975. ( La carta excluye otras acciones periféricas de menor magnitud).



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